Presentación

Uno de los mayores problemas en las ciudades y países ya desarrollados son la gente sin hogar o más popularmente conocidos como "los sin techo", que mayoritariamente este grupo consta de inmigrantes y gente en condiciones de pobreza extrema. Aunque no lo parezca este es un tema importante y se ha de tratar lo antes posible. Estas personas corren el riesgo de acabar muy enfermos y en algunos casos podrían alcanzar la muerte.

La vida promedia de una persona de Lesoto, un pequeño país rodeado por completo por Sudáfrica, es de 52,9 años, el país con menos esperanza de vida del mundo, mientras que una persona sin hogar en Barcelona tiene una vida promedia de 56 años, una esperanza de vida que si fuera un país se situaría en el octavo puesto detrás de Somalia (55,4 años).


La economía es un importante factor del desarrollo del país y los indicadores socioeconómicos también. Estos indicadores se agrupan en cuatro de los cuales uno es muy importante: el económico. Pues como bien dice su nombre, es de suma importancia en la economía.

En Barcelona más de 4700 ciudadanos no tienen casa y 1239 de estos duermen en la calle. Las condiciones son pésimas y hay veces que ni tan solo pueden llegar a comer dos veces al día. La pobreza extrema está afectando también a gente que está en el paro y que por tanto, no tienen trabajo y de esta manera, no llegan a final de mes y no tienen dinero para pagar el habitaje, la comida, lo necesario... y entonces viven en las calles.

Existen instalaciones donde se los acoge para que puedan tener un mínimo de higiene y también alguna cama para dormir, pero hay pocas por la cantidad de gente que lo está.


La pobreza en todo el mundo cada vez va aumentando. En Barcelona también y hay muchas razones de ello como la crisis de la COVID-19. Antes de esta, había 648.000 personas en peligro en el área metropolitana y ahora las cifras son aún mayores. Actualmente más de 800.000 habitantes están en riesgo de pobreza en Barcelona y hay una población de 1 millón y medio. Esto debe de parar, alguien debe actuar. Por ello mismo, nosotros queremos ayudar con nuestra ONG entregando comida a la gente que lo necesita para evitar el hambre en las calles. Según las estimaciones, las ayudas excepcionales están disminuyendo la desigualdad social en un 8,3%.

Los gastos en la vivienda también han aumentado y de ello surge que la renta sea más cara. El trabajo proyecta que la población del área de Barcelona que vive en alquiler destina actualmente una media de entre un 43,8% y un 44,9% de su renta a cubrir los gastos de la vivienda, mientras que en 2018 esta cifra se situaba en un 40,5%. Además de todo lo que hemos dicho anteriormente, los gastos suben y el grueso de la población que destina más del 40% de sus ingresos al pago de su domicilio se sitúa en torno al 16%, con un 3% más que antes del inicio de la pandemia.

Desde el año 2008, en Barcelona se hace un recuento periodico. Gracias a eso sabemos que:

  • 1239 personas durmieron a la calle durante el estado de alarma → se trata de un dato parecido al del año pasado pero hay una diferencia que hace más grave la situación: para hacer frente a la pandemia, se abrieron más de 600 lugares de emergencia, así que estaríamos hablando de centenares de personas más en situación de calle, que se han podido resguardar en estos recursos temporales.

  • 2662 personas duermen en los recursos públicos y privados que existen en la ciudad → Esta cifra es más de el doble que hace 12 años.

  • 836 personas viven en solares, fábricas y locales abandonados) → Significa un 95% más que el 2015

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